Datos Técnicos


Ruta

Para realizar esta ruta es imprescindible llevar G.P.S, aunque esta bastante bien señalizada, hay muchos cruces de caminos que podrían llevar a equivocarnos. Para empezar esta aventura nos acercamos a la población de "Segorbe". Cruzamos el pueblo en dirección la "Fuente de los 50 Caños". Esta fuente se encuentra a orillas del río "Palancia". Pasamos la fuente y cruzamos el río por el primer puente, giramos a la derecha y en la primera calle giramos hacia la izquierda y subimos hasta el "Club de Tenis de Segorbe" donde podemos aparcar el coche. Después de los calentamientos habituales, salimos del parking y cogemos el camino de la izquierda que sube entre campos de olivos. Después de una pequeña subida, y antes de que la senda gire hacia nuestra derecha, nos desviamos hacia la izquierda y en unos pocos metros de subida coronamos el "Pico Nabo". Desde aquí disfrutamos de unas bonitas vistas de la sierra.

Parking
Senda
Senda
Cima
Vistas
Vistas

Después de hacer unas buenas panorámicas desandamos lo andado hasta el cruce. En pocos metros vemos a nuestra izquierda una senda, por aquí volveremos al final de la ruta. Seguimos recto y poco a poco vamos cogiendo altura. En esta parte la senda esta algo resbaladiza así que la pasamos con cuidado. Nos encontramos con varios caminos, nosotros siempre el de la izquierda. Llegamos a la parte mas alta de la montaña y cresteamos un buen rato por ella, siempre disfrutando.

Senda
Senda
Vistas
Senda

Llegamos a una bifurcación de caminos, ambos se unen al final de la bajada, el de la izquierda es mas "Trial" y el de la derecha es mas cómodo, nosotros elegimos el de la derecha. Entramos en una bonita senda entre pinos y carrascas.

Camino
Senda

Esta senda desemboca en una pista junto a unos campos de cultivo. Después de un sube y baja llegamos hasta un cruce de caminos, cogemos el que esta mas hacia la izquierda de los tres. Enseguida el camino se convierte en senda y comienza la parte mas aérea de toda la ruta. Pasamos por una casa en ruinas y comienza un fuerte descenso. Cruzamos un antiguo canal de agua y desde allí en pocos metros, sin desviarnos de la senda principal, llegamos hasta el "Salto de la Novia".

Información de Interés

Cuentan que hace muchos años, había una costumbre local por la que los novios que iban a contraer matrimonio, tenían que someterse a una curiosa ceremonia para demostrar ante todos que se querían de verdad, y asegurarse la felicidad y fertilidad del matrimonio, si superaban la prueba. Poco antes de la boda, acompañados de familiares y amigos, iban al paraje ubicado bajo la Cascada del Brazal, y en ese lugar, en donde más se estrechaba el río, por allí por donde la piedra ofrece su color plomizo bajo las estrellas, la novia tendría que cruzar de un salto a la orilla opuesta, ante la atenta mirada de los allí presentes. Si lo conseguía sin percance, se le auguraba a la pareja una gran dicha en el futuro matrimonio, y se demostraría que la joven quería fielmente a su novio; más si no lograba el salto, el matrimonio se consideraba irrealizable o desgraciado, de forma que convencidos de ello, los novios rompían su compromiso y su relación. Cierto día, dos jóvenes novios bajaron radiantes de alegría a demostrar ante todos, que se amaban. Sabían la presión a la que estaban sometidos al ser observados por tanta gente, pero estaban dispuestos a demostrar que aquella absurda tradición, no era más que una tontería que poco iba a mermarles el amor que sentían el uno por el otro. Pero tampoco estaban dispuestos a que sus vecinos, con los cuales tenían una gran relación, se les echaran encima por negarse a realizar una, en principio, inofensiva prueba que desde tiempos remotos se venía realizando entre las parejas de navajeros. Como cada vez, la gente esperaba el salto con impaciencia. Pero aquel día, el comentario general se centraba en lo revuelto que bajaba el Palancia y en el ruido ensordecedor del agua al entrechocar con las rocas, aunque confiaban en el destino, pues daban por seguro que la fuerza del amor de aquella joven sería más fuerte que la del embravecido río. También los dos enamorados pensaban y murmuraban lo mismo, pero aquella mujer con cara de niña, cabellos dorados y ojos de color miel, no estaba dispuesta a que el río le arrebatara su más preciado tesoro, aquel joven de tez morena y ojos verdes, por el cual sentía una pura pasión. Así que, aunque nerviosa, se separó de su amado y se dispuso a saltar. Cogió carrerilla y controlaba el momento de tomar impulso, pero cuando llegó el salto, perdió pié y… la fatalidad quiso que cayera al agua y fuera rápidamente arrastrada hacia un remolino que la escondía y la mostraba a su capricho. El joven, desesperado y en un prueba suprema de amor, se arrojó inmediatamente al río para tratar de rescatarla de la potente corriente que la llevaba a una muerte segura, pero por más esfuerzos que hizo en su desesperado intento, el agua los sumergió a ambos. Sus jóvenes cuerpos, inertes y entrelazados, aparecieron río abajo, donde el agua culmina su remanso, enviando lágrimas entre las piedras. Aquella terrorífica tragedia, hizo reflexionar sobre la validez de la, ahora fatídica, tradición, y coincidiendo los vecinos en que aquello podría traer más desgracias que alegrías, se dinamitó el paso estrecho para que en el futuro, a nadie se le ocurriese saltar de nuevo. Se cuenta que aun hoy, en las noches de luna llena, cuando los luceros danzan en el firmamento, se escuchan por el valle los lamentos y las promesas de los enamorados que murieron por demostrar a los demás lo que ellos bien sabían. Desde entonces la Cascada del Brazal llora su perdida, y el río se convierte en el manto blanco y puro de la novia, que acoge tiernamente a su amante, convertido en piedra.

Cruce
Senda
Senda
Senda
Salto
Zona de descanso
Salto
Salto

Aprovechamos que hay unas mesas de piedra para almorzar en este bonito rincón. Después de un buen café seguimos por el camino y cruzamos un bonito puente de madera. Justo al salir del puente y junto a la fuente nace la senda del "Beso", esta senda nos lleva hasta la parte de abajo de la cascada.

Eva debajo del Salto
Rafa debajo del Salto

Después de hacer un poco el ganso, volvemos hasta la fuente y subimos por la pista asfaltada. En unos pocos metros llegamos hasta la cascada del "Tio Juan". Vemos unas escaleras de piedra a nuestra izquierda por donde subimos. Aquí hay que tomar precauciones porque esta muy mojado y los resbalones son frecuentes. Pasamos por debajo de la cascada, no sin mojarnos, y seguimos unos metros por la senda hasta llegar al mirador "Paraíso", donde disfrutamos de unas buenas panorámicas de este paraje.

Cascada Tio Juan
Mirador Paraíso
Eva en el Mirador
Nosotros

Desandamos lo andado, y volvemos como si fuésemos de nuevo al coche. LLegamos a un cruce de caminos, por arriba es por donde hemos venido, así que cogemos el camino de la derecha. El camino se convierte en senda y damos un bonito paseo siempre al lado del río, con el rumor del agua acompañándonos. Llegamos hasta un cruce de caminos donde nos encontramos con una señal de prohibido el paso. Esta señal es para los vehículos a motor. Cogemos el camino de la izquierda. Esta senda nos lleva hasta la falda del "Pico Nabo". En corta, pero fuerte subida enlazamos con la senda que pasamos al principio y desde allí ya fácil hasta el coche, dando fin a una bonita aventura por los alrededores de "Segorbe".

Indice de RutasSierra de Espadan
Foto de Tevin Trinh